¡Topa! ¡Qué grande, Topa! Es la imagen de Disney. ¿Vieron? ¡Es así! Le preguntás a un nene qué es Disney y enseguida te dice: ¡Topa!
Antes, cuando yo era chico, me acuerdo que pedía que me prendan la tele solo para poder escuchar al ratón Mickey decir: "hola Pluto". Ahora, prendo la tele y Mickey ya no está, está Topa; y soy yo el que dice: "¡hola, Pluto! ¡Qué flor de pluto! No entiendo por qué a los pibes les encanta ver estos programas".
Peor si viajás a Estados Unidos y tu nene te pide que le compres un muñeco Topa original. Al volver, aterrizás en Ezeiza, pasás por Aduana, el sistema detecta lo que traés en la valija, te la hacen abrir, te hacen sacar el muñeco Topa (original) y vos quedás como tremendo virgo adelante de un grupo de turistas soviéticos que, si bien no entienden un joraca de lo que está pasando, saben que en ese momento es cuando hay que sacar el celular y grabar todo para luego subirlo a las redes sociales bajo el hahstag #Дева с куклой (en español sería algo así como: #VirgoConMuñeco).
Es increíble lo que uno hace cuando es padre. Mi nene, todas las mañanas se levanta y empieza:
-papi, dibus...
-¿Qué querés ver, mi amor? ¿Transformers, Dragón Ball Z?
-¡Topa, papi!
-Es muy temprano, son las 7:30, todavía no empez...
-¡Quiero Topaaaaaaaa!
-No empezó, ponemos otra cosa hasta que empiece. ¿No querés ver a Marcelo Bonelli? Tampoco se le entiende nada cuando habla.
-¡Quiero Topaaaaaaaa!
Y la discusión termina como terminan casi todas las discusiones entre padres e hijos que quieren ver Topa en la tele y no pueden:
-¡Está bien! ¡Ya me cansaste! El finde vamos a ver a Topa al teatro, ¿dale?
Entonces, le decís a tu jermu que saque tres entradas para ir a ver a Topa (en realidad se lo pedís por favor, #NiUnaMenos). Y ella, antes de confirmar la compra te dice:
-Listo, tres entradas $1800, pasáme tu tarjeta.
Y así arranca mi mañana… ¿Qué más puedo decirles? Llegar al laburo está buenísimo.